Siempre recuerda que ningún cliente es igual al otro, hay que respetar la individualidad     de cada persona. Esto es muy importante tenerlo siempre presente.

Cuando el cliente necesita su ayuda y usted no conoce la respuesta para ayudarlo en    lugar de decirle solamente “No sé”  lo correcto es decirle “No lo sé, permítame        averiguarlo” o “Disculpe le voy a conseguir la persona que lo puede ayudar con esto”.

Si el cliente le propone algo que no pueda hacer por políticas de la empresa o porque    materialmente le es imposible satisfacer la necesidad del cliente, antes de decirle que no, dígale lo que sí puede hacer, pregúntele “Qué le parece si hacemos esto” o preséntele distintas alternativas.

Nunca le diga a un cliente lo que tiene que hacer, es mejor sugerirle a imponerle. Hágale indicaciones y sugerencias, que el cliente no sienta que usted le está imponiendo su opinión, corre el riesgo de perder el cliente si éste percibe que lo que usted quiere es solamente realizar una venta.